Día 11. Se levantó, del destilador cayó la última gota. Una claridad infinita le hizo ver las dinámicas desde su concepción; tantas barreras construidas que ahora no estaban más.
Noche 11. Pasados los minutos se detuvo, hoy se había cansado de jugar a la culpa y vergüenza.
Día 12. En el silencio olor a neblina se sentó a escuchar la dulzura de su alma.
2 comentarios:
Me ha encantado, un placer pasear contigo. Yo también estoy destilando la construcción de mi realidad :-)
hasta la última gota.
Podría llevarme este vuelo a mi blog ¿me das tu permiso?
Un fuerte abrazo
Hola Victoria, recién leo tu comentario, por su puesto que puedes compartir lo que aquí comparto, me alegra que te haya encantado y sigamos destilando esta construcción de nuestras realidades para crear nuevas!
Un abrazooo
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