Día 5. Este día no se sentía sola, dos viejos amigos le dieron los buenos días con un sonrisa etérica que sólo el alma veía.
Noche 5. Se va a dormir con la certeza de que los fantasmas de sus sueños regresan a casa convertidos en tela para hacer mariposas.
Día 6. El silencio besó sus palabras.
Noche 6. Sin palabras destiló el viaje en sensaciones de cierre y liberación.
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