miércoles, 3 de agosto de 2011

Virus

Te he descubierto arañándome la espalda

con palabras que pretenden

que mis ojos miren el polvo.



Te he descubierto en el tono

seductor de la voz del humano

para ser peón de tu juego de ajedrez.



Te he mirado,

pero nunca antes como ahora

tan clara, tan segura.


Los alfileres que suturan

ya no funcionan,

ya no curan.



Te siento jalando, desagarrando,

diciéndome que sin ti

la vida ya no tiene sentido.


Seducción

para terminar teñida
de culpa y depresión.


Te he desenmascarado una y otra vez

no tengo nada en tu contra,

honro las experiencias que viví…



Pero ya no te elijo.

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