Era esa la escena que en su mente había filmado una y otra vez...
Los dedos fugitivos por su espalda,
el eco de los botones diciendo adiós,
los labios dulces dando mordiscos como defensa,
las cremalleras regresando a la inexistencia,
la piel desnuda con los poros en éxtasis,
el sudor evaporándose...
Las manos aprisionandose y volviéndose a liberar,
las voces convertidas en gemidos,
las respiraciones intentando llevar un mismo ritmo,
los ojos, puentes entre hoguera y hoguera
el húmedo aroma de sus sexos...
Era esa la escena que imaginaba semidesnuda,
tendida en su cama, cubierta de deseos,
rodeada de ganas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario