domingo, 30 de septiembre de 2012

Tú, infidelidad



Los poros de la piel gritaron su nombre, pero los kilómetros y la mano de ella, le impidieron escucharlos.

Estuvo a punto de llamarlo, hasta que recordó que su corazón  sonaba ocupado.

Les bastó una mirada para sentir el calor guardado bajo su piel. En ese instante ella cierra los ojos, él desea a otra mujer.

Con él los momentos a solas nunca existieron, siempre había algo que les recordaba su nombre.

Los "no volverá a pasar" y "no puedo", fueron promesas hechas en vano, que su sangre en éxtasis, tiraba a la basura.

En la piel se desvanecieron sus labios, se fundieron las caricias, y hoy, sus miradas no se encuentran más.

Sentada en la acera, en el silencio de la noche, en vez de deshojar pétalos, ella deshoja nombres.

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