Digo adiós
con estas letras
de algodón y miel.
Digo adiós
a las alcobas de momento,
al placer como juego.
Digo adiós
a la seducción de esos ojos,
a la suavidad de esos labios.
Digo adiós con una sonrisa
a esas experiencias que elegí
para liberarme y permitir.
Digo adiós
para que hoy yo esté aquí
para elegirte a ti.
Hoy te elijo,
aunque estes lejos
y añore tenerte
en carne y hueso.
Hoy,
aún apesar de todo
lo aparentemente destruido
te elijo.
Te llevo en la sangre
en las gotas de cristal
y en la energía que mueve
esta mismísima alma
que ya no teme sentir.
Entregarse,
como nunca antes
a la confianza y aceptación.