miércoles, 8 de junio de 2011

Hadas y Olas



Compartiendo mis sueños hechos literatura...


Entre sus sábanas de mariposas, Vanesa se refugió del frío, cerró los ojos y al abrirlos se encontró frente a un grupo de cincuenta personas distribuidas en cinco mesas redondas adornadas con manteles doradas. Las conversaciones a grandes decibeles y los ojos desorbitados, le hicieron pensar a Vanesa que ese grupo estaba a la espera de un gran acontecimiento. Dio la media vuelta y pudo reconocer todo un escenario, la tarima, el micrófono y las bocinas. De pronto el público presente la vio y empezaron a aplaudirle, entonces comprendió que era ella la protagonista de ese gran evento.


Con una parvada de aves en el estómago y sin la menor idea de lo que hablaría ese día, las palabras comenzaron a brotar de su boca y en ese instante pudo sentir una ola de sabiduría que la inundaba desde la cabeza hasta los pies. Le pidió a su audiencia que respirara con ella y que se permitieran entrar al mundo de las hadas, después de las segunda bocanada de aire que tomaron, como un espejismo en el desierto el escenario se desvaneció, no era más un salón frío con mesas, se había convertido en un bosque lleno de verdor, rayos de sol y un aire en el que se respiraba “Magia”.


Vanesa los llevó por un sendero cubierto de flores amarillas, naranjas y rojas, hasta llegar al punto de encuentro en donde se encontraban unas rocas cubiertas de musgo para sentarse; una vez acomodados, una fila de pequeñas criaturas luminosas desfilaron a su alrededor, ¡eran las hadas!, algunas con alas otras sin ellas. Vanesa y su público sonreían sin parar; súbitamente un niño se levantó de su roca y apuntó al cielo, las miradas se clavaron en una ola de cien metros de altura que se aproximaba. Antes de que Vanesa les pidiera que se calmen, se escuchó a lo lejos un estruendoso grito, Vanesa cerró los ojos y al abrirlos las lágrimas inundaban su rostro…las sábanas de mariposas aún la refugiaban del frío.

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