jueves, 23 de junio de 2011

Adiós enmudecido

Tu adiós fue un par de palabras enmudecidas
una media vuelta y la maleta vacía.

Junto a las blusas de manga larga guardé las pasiones de la madrugada
y con las botas se quedaron los paseos en San Cristóbal de las Casas.


El cuerpo sabía que eras una más de sus conquistas,
pero el corazón aún soñaba con algo más que un encuentro de sábanas.

Tu adiós fue un par de palabras enmudecidas
y el encuentro, tan sólo un paréntesis en nuestras vidas.

Un juego a escondidas, de gemidos, erotismo y risas.
Un juego del que no me arrepiento.

Tu adiós fue el retorno de mi pasión a carne viva,
la exaltación de mi sensualidad y mis sentidos.

Tu adiós fue un adiós enmudecido.

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