lunes, 23 de mayo de 2011

Mi Hogar




Hablarte de mi hogar cuando es tan irreal, cuando es a la vez tan certero y calmo.


Un hogar lleno de pájaros que cantan con sus voces por todos lados, dejando sus trinos en los más oscuros y angostos rincones.


Un hogar de colores amarillos y techos azulados, con una cerca de madera, con cajones enmohecidos de recuerdos de niños, cuya tristeza se las llevaba el viento y el breve sol cada 5 de mayo.


Un hogar sin nombre y a la vez un hogar de paz.


Un hogar que me cobija como me cobija mi manta roja carmesí; un hogar que me embriaga de los pies a la cabeza, que me vuelve el color rosa a las mejillas y me hace gritar con canciones y poesía la alegría de estar viva.


Un pasto verde suave al tocar, un patio corto pero tan grande ante la pequeñez de mis oscuros ojos.


Un hogar que habita en mi alma, que puede ser transparente como el cristal sin polarizar o tan cerrado como la caja fuerte de un banco para que sea prohibido robar.


Mi hogar, mi espacio, mi íntimo lugar, de grandes y lumínicos espacios, mi guarida, mi amigo, mi escucha, mi confidente y a veces mi secreto amante, mi diario, mis historias y mis creaciones.



Mi hogar, donde suelo nadar en la profundidad del azul celestial, en la claridad y refrescante agua del manantial de mi propia sabiduría.


Mi hogar es mi camino, la espiral celeste por donde andan mis pies, mis ojos abiertos y cerrados, mis manos suaves que adoran escribir letras para dar vida a historias o con ellas contar experiencias.


Mi hogar, yo misma, mi propia divinidad y naturaleza angelical que escribe sin pensar, sin saturarse, sin que nada le importe.


Mi hogar Tú, en el columpio multicolor de la vida…mi hogar Yo.



(texto resultante de mi segunda tarea del taller de escritura)

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